Hoy voy a tocar un tema, que muchas veces, no nos animamos a hablar en persona, o frente a frente, por respeto, por ... me vale, es su pedo, en fin, en realidad es por que somos irresponsables, esa es más que la verdad, y es que es sobre el MAL CARÁCTER que tenemos, o mal genio, tanto a nivel emocional, laboral, espiritual, familiar, por doquier, claro que esta mal, no porque lo diga yo.
Existen personas que por naturaleza, tienen un buen temperamento y rara vez se enfadan o pierden los estribos, sino que son capaces de actuar calmadamente en las situaciones difíciles que nos plantea la vida cotidiana.
Para otras, por el contrario, hacer esto resulta imposible, y son muchas las ocasiones en las que dejan ver su mal genio, unas veces porque no pueden controlarlo y otras porque no saben cómo hacerlo.
Sea cual sea la razón para ello, lo cierto es que dejarnos llevar por el mal genio nos puede llevar a muchas situaciones desagradables e incluso puede dañar nuestras relaciones. Además, en la mayoría de los casos, quienes tienen mal genio o tienen "pronto", después del hecho se suelen sentir frustradas y culpables por no haber podido controlarse y manejar la situación de otro modo (eso me sucede a menudo, cuando se salen las cosas de control).
Aunque manejar el mal genio no siempre es sencillo, existen una serie de claves para lograrlo:
* IDENTIFICA LO QUE TE ENFADA: Si conocemos las situaciones en las que perdemos los nervios, es mucho más sencillo anticiparnos a ellas y prepararnos mentalmente para controlarlas. Un buen método para analizarlo de forma objetiva es apuntar en un cuaderno cuándo nos pusimos de mal genio, en que circunstancias y con qué personas.
* También hay que CONOCER LAS SEÑALES de que vamos a explotar, como sentir la ira acumulándose o que la ansiedad crece en nosotros. De este modo, cuando notemos estas sensaciones, podremos contar hasta diez y rebajar la tensión interna que crece en nosotros. Contar hasta diez o aplazar hasta más adelante la conversación son mecanismos que nos ayudarán a ello.
* Las TÉCNICAS DE RELAJACIÓN son muy útiles contra el mal genio. Las debemos practicar con frecuencia para que nos sirvan de ayuda justo en el momento en que las necesitamos.
Estas sencillas claves para controlarlos, se leen sencillas, sin embargo, ya en la práctica es otra situación, de ahí que como todo, debemos practicar y practicar, hasta llegar a lograr controlarlos, ya que no solo somos nosotros los afectados, sino que la gente que nos rodea, la hacemos sentir mal, que digo mal, extremadamente mal, al grado que cuando YO vivo una situación de estas o estoy en presencia de ello, aun sin que yo tenga que ver en ello, me trastorna, me ocasiona, hasta dolor abdominal, me acelera el metabolismo al grado de la cefalea. . .
Incluso me da una especie de cruda moral, me desalienta, me ocasiona un disconfort que si la persona que ocasiona ello, se diera cuenta de lo mal que me hace sentir . . . JAMAS lo volvería hacer, solo es cuestión de escrúpulos, de principios, digo yo en lo personal me educaron de una manera en la cual estas situaciones no eran nada frecuentes en mi formación familiar y bien sabes a que me refiero.
Seguiré otro día creo que ya me extendí demasiado.
Como siempre aquí seguiré plasmando lo que siento y lo que me gusta es esto.
Juan Jo
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