Hoy hablare de un tema, que realmente es díficil tanto de abordarlo, como de entenderlo y obvio Superarlo. Claro, no hay nada como vivirlo y porque no finalmente disfrutarlo. Ya que no hay nada como vivirlo en "carne propia", nada, nada se le compara a lo vivido.
El duelo.
El duelo es la reacción natural que se produce ante la pérdida de un ser querido por lo general, aunque también se puede producir tras la pérdida de un miembro, de su pareja, esposo, esposa -divorcio- objeto, situación u otros aspectos que una persona considere importantes en su vida.
Este proceso se caracteriza por la presencia de emociones negativas como tristeza, ira, apatía . . . aunque también cognitivamente, disminuyendo ciertos procesos como la atención, la memoria y otros. También afecta a la esfera social, pudiendo llegar a aislar a la persona que sufre este proceso.
El proceso del duelo se extiende desde que se produce la pérdida, hasta que se "supera". Son varios factores los que influyen en el proceso del duelo y la elaboración del mismo, como el tipo de relación, las creencias religiosas, las características personales, forma en que se ha producido la perdida, etc...
Se puede decir que un proceso de duelo está superado cuando la persona se vuelve a conectar con su vida diaria, los cambios emocionales se estabilizan, las capacidades cognitivas se normalizan y el recuerdo de la pérdida evoca sentimientos de cariño y tristeza, en lugar de dolor agudo.
La conciencia de las pérdidas, la enfermedad y la muerte, sólo es posible para los humanos, no existe otro ser en nuestra creación que viva el proceso del duelo, el uso de la razón que nos distingue entre los seres vivos nos esclaviza al dolor y al sufrimiento, porque nos gusta vivir en el pasado; anhelando y añorando lo que se perdió y no estará más, y por otro lado también anticipamos el futuro, visualizando situaciones terribles que nos provocan miedo y desesperanza.
Para trascender el dolor, es necesario permitirnos sentirlo, no se controla, no se evita, ni se rechaza, al contrario, el dolor es nuestro mejor maestro que nos eleva a una autoconciencia. Cuando le escuchamos y le reconocemos cambia su naturaleza.
La muerte es un misterio y tiene una revelación única y personal. La muerte es lo que da valor a la vida; es la que añade un elemento fundamental a nuestro existir como es la responsabilidad, nos hace enfrentarnos a nosotros mismos, mirarnos cara a cara y pedirnos cuenta de nuestra propia vida.
Para trascender el dolor, es necesario permitirnos sentirlo, no se controla, no se evita, ni se rechaza, al contrario, el dolor es nuestro mejor maestro que nos eleva a una autoconciencia. Cuando le escuchamos y le reconocemos cambia su naturaleza.
En nuestras pérdidas es necesario reconstruirnos internamente y otorgarle a la vida una visión nueva, no se busca la resignación, tampoco se busca la paz ni la serenidad como objetivo último, simplemente es aprender y darle cauce a la ausencia o al vacío, agradeciendo con amor el tiempo compartido, hacer una mejor persona de nosotros mismos, en la memoria de nuestro ser amado comprometernos a vivir plenamente.
De esta manera nos recuperamos del duelo en su totalidad, porque hemos sanado activamente los dolores: físico, psicológico, social y espiritual; hemos recuperado nuestro mundo en sus dimensiones de realidad, sentido de la vida y la personalidad.
La vida es frágil y la muerte, la enfermedad y las pérdidas ocurren cuando menos lo pensamos. Si no queremos pasar por el sufrimiento profundo del arrepentimiento, la queja y la lamentación, es necesario aprender a vivir bien nuestro presente, con plenitud.
¡ Es tiempo de NO postergar el amor, nuestros sueños, nuestro vivir . . . . . Es el tiempo de abrazar y rodearnos de nuestros seres queridos, hasta llegar al momento de decir adiós a lo físico.
La vida fluye y siempre tiene un sentido, es la persona, quién a pesar de cualquier cosa, es libre para elegir como actuar ante las circunstancias de dolor. Un espíritu en su grandeza puede ajustarse, volver a vivir la libertad desde otra perspectiva de vida y colocarse por encima y más allá de la maldad o la injusticia sufrida.
El desafío consiste en hacer uso de la potencialidad que tiene todo ser humano para dejar atrás la adversidad, para proyectarse hacia la luz, a pesar de la oscuridad.
- Negación
- Ira
- Negociación
- Depresión
- Aceptación
* Biológico (duele el cuerpo),
* Psicológico (duele la personalidad)
* Social (duele la socidedad y su forma de ser),
* Familiar (nos duele el dolor de otros), y
* Espiritual ( duele el alma).
En la pérdida de un ser querido duele el pasado, el presente y especialmente el futuro. Toda la vida en su conjunto duele.
No importa como de sólo y triste te encuentres en esos (estos) momentos, lo importante es saber a ciencia cierta, que todo va a cambiar y que en un tiempo te encontrarás mejor, que tú vida prosperará y mejorará.
El ser humano necesita tomar la determinación de no hacer de su pérdida una excusa para no continuar creciendo en la vida.
¡¡¡ Recuerden que Amar verdaderamente integra la presencia y la ausencia, por ello les sugiero se reencuentren hoy con el amor más puro y permitan que sea su luz la que los guie a caminar en este sendero de la humano !!!
Porque hasta hoy escribo sobre esto ???? Te lo preguntarás . . . Inteligentemente Tú ( si Tú) contestate !!!!!
Dios Bendito me rodeo de gente inteligente ( y te estoy incluyendo a tí, lo siento si no te identificas ehhhhh).
Sabiduría, Amor, Paz y Consuelo para Ti !!!!
Juan Jo.
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